
Secciones
Servicios
Destacamos
Los trabajadores forestales contratados por Tragsa, a través de las licitaciones adjudicadas o concedidas por la Junta de Castilla y León, llevan tiempo arrastrando quejas y protestas por sus condiciones laborales en la provincia de Burgos.
Un trabajador del operativo de incendios de Burgos, explica ahora cuál es su situación y la de sus compañeros, ya sean de cuadrillas de tierra o brigadas helitransportadas. «Tenemos condiciones diferentes entre los mismos medios de la comunidad dentro del operativo de incendios. Nos faltan cuadrantes y calendarios anuales del operativo de incendios, lo que conlleva cambios continuos de días de trabajo y descanso», enumera este trabajador que prefiere mantenerse en el anonimato. Al final, su nombre y lugar de trabajo no es relevante, ya que, como comenta, su situación se extrapola a sus compañeros.
«También tenemos una falsa disponibilidad exigida, el cálculo de los salarios tampoco es justo, ya que, por ejemplo, dentro del mismo convenio cobran lo mismo los que trabajan de lunes a domingo que los que lo hacen de lunes a viernes», explica este peón forestal.
No es la primera vez que se denuncian deficiencias en los equipos e instalaciones del operativo antiincendios. Durante la extinción del incendio de Quintanilla del Coco, ya en julio de 2022, se criticó el avituallamiento de los bomberos forestales. Los brigadistas colgaron fotos de un bocadillo que consideraban insuficiente para catorce horas de trabajo ininterrumpido.
El desgrane de esta situación podría comenzar por el convenio, según apunta este trabajador, «está abierto a negociación, pero van dando largas. Las condiciones salariales que tenemos son las del último convenio, el de 2011», asegura. Más de una década de cambios sociales y económicos que no han sido reflejados en las condiciones de estos trabajadores. «En su momento era un buen convenio, para los trabajadores de obras, pero no se adapta al sector forestal y se ha quedado completamente obsoleto, por ejemplo, recibimos 12 euros por una dieta. En algún momento se le ha metido aumentos retributivos del 2%, pero sigue siendo insuficiente», apunta. Ahora mismo, su salario es de unos 1.200 euros al mes en 16 pagas.
Desde Tragsa se confirma que el convenio vigente es el del año 2011 y se explica que continúa en vigor como consecuencia de la sentencia del Tribunal Supremo de noviembre de 2016 que determinó su ultraactividad. Es decir, la ultraactividad de los convenios se produce cuando este se prorroga debido a que ya se ha alcanzado el plazo máximo de duración, pero todavía no se ha pactado un nuevo acuerdo.
«No obstante, las tablas salariales son actualizadas anualmente de acuerdo con los incrementos retributivos establecidos y en aplicación de los acuerdos colectivos retributivos firmados con la representación de los trabajadores sobre la distribución de dichos incrementos. El último aplicado es el establecido en el Real Decreto Ley de 26 de junio para el año 2024», se asegura desde Tragsa.
Este trabajador, al igual que sus compañeros, son trabajadores contratados por Tragsa, cuyo accionariado es mayoritariamente estatal, que realizan labores dentro de esas licitaciones públicas que saca la Junta de Castilla y León para realizar labores silvícolas y de extinción de incendios. «En cuanto reclamamos algo, la pelota se la pasan entre Tragsa y la Consejería de Medio Ambiente de la Junta», lamenta.
Una de las principales quejas es que la mayoría de los compañeros del operativo no cuentan con un calendario o cuadrante anual. Los calendarios que envía la empresa suelen rechazarse por la representación de los trabajadores y acaba imponiéndose, explica. «Hasta los días que se trabajan al año son distintos siendo el mismo medio con las mismas funciones en diferentes provincias», añade.
Aunque se firme o se imponga el calendario laboral anual, cada base tiene que hacer sus cuadrantes y su propio calendario, ya que el de la empresa no reconoce la realidad del servicio. «El calendario que entrega la empresa a los trabajadores, incluidos los del operativo de incendios, es el que siguen en las oficinas, de lunes a viernes, durante todo el año, con festivos y fines de semana, pero el operativo no lo cumple. Cada cuadrilla tiene que elaborar su cuadrante propio dentro de este calendario, ya que se trabaja de lunes a domingo, el cual no se firma con la empresa y, muchas veces, puede sufrir cambios de última hora a merced de exigencias de Junta y empresa».
Las cuadrillas de tierra Romeo tienen que trabajar de lunes a viernes en época de bajo peligro de incendios y de lunes a domingo en época de riesgo medio de incendios. Las cuadrillas helitransportadas trabajan todo el año de lunes a domingo.
Tragsa asegura que cada año se negocian los calendarios laborales entre la representación de la dirección y de los trabajadores, en general, de cada provincia. «En la mayoría de los casos se alcanza un acuerdo entre ambas partes. En los casos en los que no, como el servicio debe continuar prestándose, se mantienen en términos generales las condiciones de los calendarios firmados anteriormente con las adaptaciones derivadas del año natural».
Una cuadrilla de tierra Romeo es un grupo de trabajadores de extinción de incendios forestales y de labores forestales que se desplazan y operan por tierra, utilizando vehículos todoterreno. Las tareas de tratamientos selvícolas (podas, clareos, desbroces) permiten mejorar el estado de las masas arboladas reduciendo el riesgo de incendios forestales, también permiten adecuar el monte a la planificación y llevar una adecuada gestión de los recursos forestales
«Tragsa incumple el convenio para cumplir con la licitación de la Junta. Muchos cuadrantes se hacen mes a mes. Nosotros lo hemos hecho por nuestra cuenta para cubrir el trabajo de fin de semana o festivos que tenemos que hacer y no se reconoce en el calendario», añade.
Otro punto conflictivo es el de la disponibilidad, este trabajador forestal es claro en este aspecto: «La disponibilidad en el convenio de Tragsa no existe, pero se nos exige». Algo que se entiende necesario por las labores que realizan. Durante la época baja de incendios hay mucho trabajo de prevención, limpieza y ordenación que hacer en el monte, pero en esos momentos también pueden surgir incendios. Cuando comienza un fuego no sabes las horas que te pasarás extinguiéndolo o los profesionales que acabarán haciendo falta para darlo por finalizado.
Las cuadrillas helitransportadas también realizan tareas preventivas, como recuperación de puntos de agua, limpieza de caminos, arreglo de pistas… Además, acuden y participan en la extinción de los incendios forestales. Pueden trabajar utilizando un helicóptero que se encuentra en su base como medio de desplazamiento o bien un vehículo terrestre.
«Los que trabajamos aquí lo hacemos por compromiso, porque nos gusta el monte y lo valoramos, no por las condiciones y mucho menos por el salario», apunta.
El acuerdo con la empresa desembocó en un concepto retributivo llamado 'ad personam' que busca compensar la buena fe de los trabajadores por la asistencia a los incendios fuera de su jornada de trabajo. «Pero esto se ha extrapolado y llevado al campo de la empresa y la Junta. Se utiliza para exigir una disponibilidad a los trabajadores de operativo de incendios forestales», señala. «En las cuadrillas de tierra, por ejemplo, se les ha asignado, fuera de época de peligro alto, y a través de un cuadrante no firmado, un fin de semana o varios al mes para que se les pueda activar en el caso de que la Junta active el riego medio porque las condiciones lo requieran», ejemplifica.
«Esto lo han aprovechado para, aunque no se declare este riesgo medio, tener a las cuadrillas pendientes y disponibles los fines de semana y festivos por cinco euros al día, siendo así imposible desarrollar su vida diaria fuera de la empresa», lamenta este trabajador.
Tragsa reconoce que el convenio colectivo no tiene establecido un régimen de disponibilidad como tal y que estos complementos 'ad personam' se encuentran regulados en el convenio. Además, asegura que el calendario de la empresa tiene en cuenta que estos trabajadores deben trabajar no solo de lunes a viernes por las condicione sde su trabajo. «La adaptación de la jornada y días de descanso correspondientes no supone la realización de una jornada superior a la establecida en cómputo anual para el resto de trabajadores de la empresa», explican.
Parte de su sueldo se basa en pluses, como son el riesgo y la nocturnidad, y estos se aplican también en incendios, transporte en helicóptero, en el caso de las cuadrillas helitransportadas (ELIFS)….
Estos pluses por acudir no son fijos, son un porcentaje aplicable sobre la hora trabajada, un porcentaje del 25% en el caso del plus de riesgo, lo que supone un incremento de 1,68 euros la hora sobre un valor de hora ordinaria de 6,73 euros. Este precio de la hora ordinaria se calculó dividiendo el sueldo bruto anual (19.403 euros) entre los 365 días del año y ocho horas al día. «Este cálculo ha sido denunciado y los tribunales fallaron, lamentablemente, a favor de la empresa», apunta. «Al final, estamos apagando incendios forestales por 1,68 euros la hora más que si estuviéramos realizando otra de nuestras labores forestales», reflexiona.
La empresa confirma que el salario bruto anual de estos trabajadores es de 19.403 euros, pero aseguran que, «en la mayoría de los casos, es mayor en función de las condiciones personales de cada trabajador, de su antigüedad, así como del devengo de otro tipo de indemnizaciones. El convenio fija el número de pagas al año en 16».
«La gente está quemada y se van muchos compañeros porque las condiciones no son buenas», reconoce. Otro ejemplo que aporta son las condiciones del operativo de las cuadrillas Romeo. «No tienen base donde cambiarse, lo tienen que hacer en casa o en el coche. Cuando acaban su servicio con la ropa con restos de los trabajos selvícolas, aceite, gasolina se tienen que ir así a su casa o a su coche. Pero, es más, después de un incendio ocurre igual, no tienen donde cambiarse esa ropa con los restos del fuego, hollín…», asegura.
«Tienen un almacén donde dejan los utensilios, pero es un almacén sin taquilla, sin un banco. Se ha exigido muchas veces que esto cambie, que no supone un gran gasto, pero sí un cambio positivo para los trabajadores y no nos hacen ni caso», lamenta.
A este respecto, Tragsa asegura que se está «avanzando en conseguir un lugar donde cambiarse y son más los que sí lo tienen».
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Investigan si el incendio de Puerto Real ha sido provocado
La Voz de Cádiz
«De repente, no sientes nada y no puedes moverte»
El Diario Vasco
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para registrados.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para registrados
¿Ya eres registrado?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.