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La expectación es máxima. El Club Deportivo Mirandés está a cuatro partidos de hacer historia y alcanzar, por primera vez, la categoría de oro del fútbol español: un hito que ha llevado la ilusión a las calles de Miranda de Ebro en una madrugada en la que el mirandesismo ha acaparado el corazón de la ciudad.
Decenas de aficionados se han concentrado a las puertas de la tienda oficial del club rojillo con un objetivo claro: conseguir una de las codiciadas entradas para el partido de vuelta de la primera semifinal del playoff frente al Racing de Santander. Aún no había amanecido y ya se veían sillas plegables, mantas, termos de café y una multitud con esperanza manifiesta.
Algunos habían decidido acampar hacia las cinco y media de la mañana, aunque otros, directamente, han pasado la noche allí. Sabían que, con la venta limitada a dos entradas por persona, cualquier minuto podía marcar la diferencia entre vivir la historia desde dentro o desde fuera, espacio al que han pasado muchos aficionados que se han quedado sin entrada tras horas de cola, nervios y expectación.
«Yo he llegado a las siete menos cuarto y la verdad es que no he soltado la tensión hasta que por fin he conseguido las entradas», manifestaba Sara a la salida de la tienda. Sus nervios parecían comprensibles, a tenor de los rumores que circulaban por la fila apenas una hora después de la apertura de la tienda. En efecto, las entradas se estaban agotando.
Con los primeros rayos de sol, la cola ha comenzado a crecer ocupando metros y metros de la calle de la Estación. Los aficionados se iban añadiendo a una fila que prácticamente llegaba hasta el final del tramo peatonal de la arteria mirandesa, y lo que en un principio había comenzado de forma ordenada, poco a poco ha dado paso a pequeños conflictos entre quienes trataban de adelantar posiciones en la fila y quienes se negaban a perder una posición lograda por las pocas horas de cama.
También se han vivido escenas de frustración por parte de algunos aficionados que se habían acercado a la taquilla de Anduva creyendo erróneamente que las entradas se vendían allí. Más tarde descubrían que la venta se realizaba desde la tienda oficial donde cientos de personas ya se aglomeraban a sus puertas. Incluso algunos seguidores del Racing de Santander se han desplazado hasta Miranda con la esperanza de conseguir una entrada y vivir en directo el partido de vuelta, que se disputará el próximo jueves, 13 de junio, en Anduva.
El partido de ida se jugará este domingo, 8 de junio, en El Sardinero, pero en Miranda ya se vive el ambiente de una gran final.
Porque, aunque no haya trofeo, hay algo mucho más valioso en juego: un billete a la élite del fútbol español. Y la ciudad no quiere perdérselo.
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